Paula enfrentaba una situación límite, la angustia y la desesperación
querían paralizarla pero tenía que tomar una actitud, necesitaba
reaccionar para cambiar la situación que estaba viviendo. Si bien
trabajaba, el dinero llegaba a sus manos pero no le rendía, buscaba
cubrir sus necesidades pero no le alcanzaba ni para alimentarse. Además
tantas preocupaciones le habían quitado el sueño y cuando lograba dormir
solo tenía pesadillas. Su vida era un desastre, parecía que solo
retrocedía económicamente. Sin embargo, cuando el panorama era más
desalentador Paula, lejos de rendirse, se acercó a la Universal para
buscar al Dios de lo Imposible y, a través de la fe, el resultado no se
hizo esperar.