Delfina: “Llegué a la Universal con muchos problemas. Tenía llagas en
las piernas que no me permitían caminar. Tenían que acompañarme a todas
partes porque sola no podía caminar. Mis hijos estaban en la
delincuencia y la droga, y mi esposo había perdido un negocio.
Estábamos muy mal, sin embargo, empecé a luchar por mi salud y por mi
familia. Venía a la reunión con toda mi fe, y traía sus fotos y sus
nombres para pasar por el Camino de los Casos Imposibles. Perseverando
en los Casos Imposibles todo se solucionó. Yo fui sanada, mis hijos
cambiaron, cada uno formó su familia, tienen su casa con todas las
comodidades y mi esposo abrió un negocio nuevo. Todo lo que era
imposible, Dios lo hizo posible”.
Casos Imposibles, sábados a las 10 y 15hs, Av. Corrientes 4070 – Almagro
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