Betty: “Mi esposo tomaba y yo había empezado a tomar también. Siempre
estaba alterada y económicamente no tenía nada, llegué a dormir en una
plaza. No tenía ganas de nada, todo era vicios y miseria. Llegué a
pensar en matarlo y suicidarme para terminar con mis problemas. Cuando
buscamos al Dios de lo Imposible, mi esposo abandonó los vicios, y yo
empecé a cambiar, ya tenía ganas de vivir. Económicamente estamos muy
bien. Dios resucitó toda mi vida”.
Leonardo: “Mi vida estaba muerta, tenía problemas en la salud,
problemas económicos y espirituales. Estaba en la miseria, aunque
trabajaba no alcanzaba para nada, no podía dormir a la noche y tenía
mucha tristeza, angustia y amargura. Cuando llegué a la Universal, Dios
resucitó mi vida, ahora tengo paz y alegría, mi vida económica está
estable, mi salud está muy bien, puedo dormir tranquilo, no tengo más
nada. El Dios de lo Imposible resucitó mi vida”.
Sábados a las 10 y 15hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro
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