Cristina se encontraba económicamente en el fondo
del pozo, no tenía dinero, pedía prestado, llegando a alimentarse de la
basura. Se vestía con la ropa que encontraba en la calle o con la que le
regalaban. Estaba realmente en la miseria. Al buscar al Dios de lo
Imposible, de a poco fue recuperándose, consiguió trabajo, tuvo
condiciones de capacitarse y se volvió una profesional.
“Dios resucitó mi vida económica, ahora tengo una profesión, soy
enfermera, y muchos proyectos. Ya no pido prestado, mi vida económica
está restaurada, porque además cobré un juicio que estuvo trabado 15
años. Prosigo adelante, porque Dios cambió mi vida”, afirma.
Susana estaba muerta en vida, los problemas de salud
la habían afectado mucho, estaba a punto de quedar paralítica. No tenía
paz, los problemas económicos y los vicios complicaban aún más su
situación. “Tenía un problema en la cadera y en la columna por lo que
usaba una silla de ruedas. Además había problemas en mi familia, sufría
mucho, pues veía y escuchaba cosas extrañas”, recuerda.
Cuando usó su fe, el Dios de lo Imposible atendió sus necesidades.
Ahora su salud está restaurada, no necesita más la silla de ruedas. Dios
transformó su familia, la liberó completamente, “puedo decir que Dios
resucitó mi vida”, concluye sonriendo.
Sábados a las 10 y 15hs en Av. Corrientes 4070 – Almagro
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